La prohibición solicitada por los republicanos generó mucha ira en numerosas personas transgénero. De todos modos, esa nueva norma terminó siendo aceptada por parte del representante (diputado) electo, McBride, cuyo nombre femenino de pila es Sarah. Él (ella, quiere que le digan), se transformó en la primera persona transgénero en ganar una banca en la Cámara de Representantes de los EEUU, en las elecciones del 5 de noviembre.
Después de dos semanas de euforia desenfrenada por la elección de Sarah McBride, de Delaware, que se convertirá en la primera miembro transgénero del Congreso, la comunidad trans del país está atrapada en un torbellino de ira.
La representante Nancy Mace, republicana de Carolina del Sur, hace unos días presentó una resolución para prohibir que las personas transgénero en el Capitolio de los EEUU utilicen baños que no se alineen con su género biológico, algo que fue rápidamente apoyado por el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (republicano por Luisiana).
Para algunas mujeres y hombres trans, lo preocupante es el anuncio de McBride de que “seguirá las reglas… incluso si no estoy de acuerdo con ellas”. Consideran la decisión como “una falta de respeto flagrante”, y que por ello McBride no debió aceptarla.